Después de dar a conocer falsos mitos existentes sobre perros y gatos, llega una nueva sección que te ayudará a aleccionar mejor a tus mascotas: “Aprende a educar a nuestros perros y gatos”.
La coordinadora de cursos online del Área de Veterinaria de ISED, Vera Vicinanza, nos descubrirá cada miércoles de la semana trucos para hacer desaparecer los malos hábitos de nuestros animales tales como subirse al sofá, ponerse nerviosos o morder las cosas.
Esta semana empezamos con distintos consejos y soluciones para evitar que nuestro perro tire de la correa durante los paseos diarios.
Primer consejo: ¿Qué hago cuando tira de la correa durante el paseo?
El hecho de tirar de la correa se puede decir que es aprendido. Y somos nosotros los que enseñamos al perro a tirar más y más fuerte.
Como siempre decimos, los perros “van a lo que les funciona”, así que pronto aprenden que tirando de la correa llegan antes donde quieren. Y nosotros no hacemos nada más que tirar del otro lado haciendo que el juego sea. “Si yo tiro, él tira y los dos avanzamos”. Esta conducta se instaura muy temprano en el cachorro, pero las quejas siempre empiezan en el perro adulto. Solo que la conducta ya se ha aprendido e instaurado y es más difícil recuperar el control de la situación.
La clave, como siempre, está en la paciencia y coherencia. Entre lo que podemos hacer hay algunas soluciones diferentes que pueden adaptarse a cada caso.
– Empecemos desde casa: antes del paseo intentamos no excitar al perro: cojamos la correa despacio, no le animemos con palabras. Solo nos agacharemos esperando que venga y le pondremos la correa. Estaría bien, en casos en los cuales el perro es muy excitable, dejar la correa en sitios habituales, cogerla aunque no se salga de casa, para que cuando el perro la vea no la asocie al paseo y se ponga nervioso.
– Utilicemos premios: esparcir un puñado de premios en el suelo puede enseñar al perro que no solo pasa algo bueno al parque donde quiere ir de prisa, si no que si va despacio también en el trayecto pasan cosas buenas y sobre todo si no tiene prisa.
– Parémonos si el perro tira: en este caso el perro aprenderá que si tira va a pasar algo poco divertido, que es que se para, mientras que si camina más tranquilamente podrá avanzar, que en definitiva es lo que quiere. Si conseguimos que no tire podemos, en el mismo momento, tirar unos cuantos premios y después, siempre con la correa sin tensar.
– Collares y correas: nunca utilizaremos collares de púas o de ahogo que crean dolor al animal. Hay en comercio collares tipo Halti o Gentle Leader que se colocan a la cabeza y alrededor del hocico y consiguen cambiar la dirección de la cara cada vez que el perro tira de la correa. La mejora es casi inmediata, y pueden ayudar en situaciones en las cuales el perro estira mucho.