Nuestros abuelos son pilar fundamental en la familia y haríamos lo que sea por ellos, porque su bienestar es prioridad. ¿Sabes que con el paso del tiempo los adultos mayores pueden perder la sensación de sed? Esta condición los hace más sensibles a la deshidratación. Por eso, vamos a conocer a fondo cómo debe ser el cuidado de nuestros mayores y los aspectos que requieren especial atención ¡A por ello!
¿Sabes que los mayores de 65 años son más propensos a tener problemas de salud relacionados con el calor?
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Entra el verano y hay que prestar especial cuidado a nuestros mayores
La época estival es sinónimo de momentos de ocio y recreación, pero también de sol y mucho calor. Existen algunas razones de peso para poner especial atención al cuidado de mayores nuestros durante el verano, entre ellas la menor sensación de sed y la disminución del sudor.
Con la edad, el cuerpo pierde la capacidad de sentir sed y mantener una hidratación adecuada, por lo que las personas de la tercera y cuarta edad deben ingerir agua de forma constante, a pesar de no tener sed.
De igual forma, al envejecer, disminuye la capacidad de controlar la temperatura corporal. Las glándulas sudoríparas se deterioran, se produce menos sudor y a la persona se le dificulta mantenerse fresca.
Esta situación se puede agravar con las altas temperaturas del verano y generar graves problemas de salud en los mayores, como insolación o golpes de calor.
Sin lugar a dudas la propensión de los adultos mayores a la deshidratación requiere especial cuidado. ¿Qué debes hacer? Sigue leyendo.
¿Cómo podemos identificar el golpe de calor en adultos mayores?
En ocasiones, el excesivo calor en el exterior puede producir un golpe de calor o sobrecalentamiento en los mayores.
Este trastorno se presenta con mayor frecuencia durante los meses de verano y requiere tratamiento urgente, porque puede afectar el corazón, cerebro, riñones y músculos.
Las señales para identificar el golpe de calor son:
- Dolor de cabeza.
- Cansancio.
- Malestar general.
- Confusión y cambios de comportamiento.
- Mareos y debilidad que pueden llegar al desmayo.
- Calambres.
- Sed.
- Tobillos inflamados.
Consejos y puntos que debes valorar y tener en cuenta para el bienestar de nuestros mayores
Los abuelos son un gran tesoro y tener la oportunidad de compartir su cariño y sabiduría en vacaciones es única. Por eso te brindamos 10 recomendaciones para cuidar a los mayores y hacer del verano una época para revitalizarse y colmarse de gratos momentos, sin contratiempos.
Prendas ligeras
Las prendas a usar deben ser ligeras, holgadas y que permitan la transpiración. El algodón y el lino son los tejidos más aconsejables. También es importante cubrir la cabeza del sol, con viseras, gorras o sombreros y optar por el uso de gafas de sol.
Estas pequeñas, pero significativas medidas, incrementan la comodidad, reducen la sensación de sofoco y garantizan el bienestar de las personas mayores.
Buen descanso
El verano puede modificar un poco las rutinas y los horarios y además, las altas temperaturas pueden hacer que nuestros mayores se sientan más cansados, duerman más durante el día y aparezca el insomnio. No obstante, no se deben descuidar las horas de descanso, vitales para su salud y el bienestar.
¿Cómo puedes controlar las horas de sueño?
Mantenerlos entretenidos durante el día, evitar que hagan siestas largas y motivarlos a realizar actividad física.
Alimentación saludable
Una nutrición adecuada es esencial para la salud y el cuidado de nuestros mayores. Durante el verano, es necesario incrementar la cantidad de frutas y verduras en la dieta (5 porciones diarias es lo ideal), preferir la ingesta de pescado y evitar los guisos y caldos, pues requieren largos procesos de digestión y, se sirven calientes.
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Atención con la tensión
La hipertensión arterial, así como la tensión baja son frecuentes en adultos mayores pero, durante el verano, hay que brindarle especial atención, porque el calor puede alterarla. Es esencial revisar la tensión arterial de los abuelos, de forma periódica, más allá de la medicación que se tenga para su control.
Hidratación
La hidratación de mayores especial atención pues, como ya mencionamos, pueden perder la sensación de sed y ser más vulnerables a la deshidratación.
Los cuidadores deben controlar la cantidad de agua que bebe el abuelo e invitarle a tomarla, aunque no tenga sed. Puede ingerir pequeños sorbos, a lo largo del día.
Evitar las salidas en las horas más calurosas del día
Exponerse a la luz solar es bueno para la salud, ayudando a favorecer el estado de ánimo y la síntesis de vitamina D; pero hay que cuidar el horario al hacerlo. En verano, se recomienda aprovechar las primeras horas del día o el final de la tarde para realizar actividades al aire libre con los mayores, evitando los paseos entre las 10 de la mañana y las 4 de la tarde.
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Temperatura adecuada en casa
Mantener una temperatura agradable y constante en casa es vital. Se puede aprovechar la primera hora de la mañana y las noches para ventilar la vivienda, mantener cerradas las ventanas durante las horas de mayor calor, mantenerse en los espacios más frescos, recurrir a ventiladores o abanicos y mantener la temperatura del aire acondicionado entre 22º y 24º.
Evitar la ingesta de café y alcohol
Estas bebidas contribuyen a incrementar la deshidratación. Además, pueden estimular y provocar alteraciones nerviosas en los adultos mayores.
Usar protección solar
La piel de los abuelos y abuelas, por lo general es más sensible. Por ello, al salir de casa es imprescindible utilizar una protección solar alta.
Ducharse con frecuencia
Recurrir a duchas constantes, con agua templada, también es una excelente opción para mantener la frescura.
Sin duda alguna, la atención y el especial cuidado de los mayores es fundamental para asegurar que el verano sea más llevadero y placentero para ellos y garantizar el bienestar y confort de toda la familia durante las vacaciones.
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