La Coordinadora del Área de Veterinaria de ISED, Vera Vicinanza, nos da hoy algunos consejos y trucos para saber cómo controlar la efusividad de nuestro perro cuando nos encontramos con un amigo o nos visita alguien a casa.
Séptimo consejo: Mi perro es demasiado efusivo con los amigos y las visitas
Paseamos por la calle con nuestro perro y encontramos a una pareja de amigos. Como siempre él los reconoce y empieza a tirar para poder saludarlos. Y como siempre se les tira encima y empieza a lamerlos moviendo la cola. Otra situación: invitamos unos amigos a cenar y nuestro perro se pone muy excitado y se les sube, pide comida a la mesa, corre de un lado a otro, ladra y hace que la tranquila velada se transforme en una lucha…
Son ejemplos muy comunes y las reacciones de los propietarios normalmente se reducen a dos fundamentales: dejar que el perro haga todo lo que quiere (pobrecito, solo está manifestando su alegría), o cerrarlo en una habitación, en el caso de las visitas a casa. Las dos reacciones son incorrectas y no solucionan el problema, pudiendo incluso llegar a estropear las relaciones sociales con los amigos. No a todo el mundo le gusta que un animal se le suba encima o sea el centro de la atención de todos.
En muchos casos el primer paso es darnos cuenta que efectivamente hay un problema y que tiene solución solo si nos “ponemos las pilas” y empezamos a trabajar y a proporcionar al perro una correcta educación. Muchos propietarios están convencidos que educar al animal es transformarlo en un ser infeliz, triste y contener sus instintos. En realidades mucho peor no educarlo y que no entienda porque nos ponemos nerviosos o lo castigamos en algunas situaciones. Una vez estemos concienciados a solucionar el problemas hay una serie de reglas y trucos que podemos utilizar.
Obediencia básica: Pasear correctamente con el perro sin que estire de la correa y enseñarle que cada vez que se acerca una persona conocida tiene que sentarse. Este ejercicio necesita entrenamiento, paciencia y muchos premios. Se trata de enseñar al perro una conducta incompatible con la que no deseamos que haga (si está sentado no saltará encima de las personas).
Ignorar la conducta indeseada: Cuando llegamos a casa el perro nos esperará para saludarnos con ansia para recibir nuestras caricias. En el momento en el cual abrimos la puerta salta y nos saluda y nosotros correspondemos con caricias, besos y palabras cariñosas. Estamos reforzando este comportamiento. Cuando llegamos a casa debemos evitar hacer caso al perro si está excitado para no aumentar y reforzar esta excitación. Solo cuando se haya calmado, lo llamaremos y premiaremos su comportamiento tranquilo con premios y caricias.
Hacer que aprenda a estar en “su sitio”: Podemos poner una manta en un rincón y enseñar al perro que es su sitio y premiarlo mucho jugando con él cuando se queda ahí. No se trata en ningún caso de un castigo, solo de un sitio que el perro asocia con situaciones positivas. ¡Irse a su sitio significa caricias, juegos y premios! Cuando llegan visitas, simplemente le decimos que se ponga ahí quieto y lo premiamos si no se mueve. Cuando las visitas han entrado, se le da una orden que puede ir a saludar. De esta forma se reduce la excitación y se presenta la visita al perro en un contexto más tranquilo.
Practicar ejercicios con la puerta y el timbre: Una variante puede ser practicar con el timbre. Cada vez que suena el timbre se enseña al perro que se siente, así no podrá saltar. Se premian todas las acciones positivas deseadas hasta que el perro aprende que al sonar el timbre debe sentarse para recibir su premio y quedarse sentado hasta que no le decimos que puede ir a saludar la visita.
2 respuestas
Mi Perro Pastor Vasco tIrene 8 meses y tengo que tenerle amarrado y con bozal rompe las correas salta el muro dela jardín con el vecino esta ladrando cada vez que ve alguien en la calle me tira de la fuerza que tiene y si ve gente se pone como loco no se que hacer es muy nervioso y me da pena tener que tenerle amarrado y con bozal pero.no puedo con el
Mi cachorro bichon havanero de 4 meses, se la pasa ladrando y en sus paseos al cruzarse con otros perros se les tira encima, para jugar, pero se pone muy molesto