Al fin han llegado las ansiadas vacaciones para los más pequeños. Después de todo el año madrugando y con prisas, se merecen un poco de calma con la mejor compañía: sus papás.
Y es que lo que más desea un niño en el mundo es poder estar con su mamá y su papá sin que un reloj les exija nada. Despertarse cuando sus ojos quieran. Desayunar con calma. Ir a la playa. Hacer mil castillos en la arena y enterrar a papá y buscar pececillos con mamá y pasear y tomar un helado… ¡qué gusto estar de vacaciones!
Muchas familias sienten cierto recelo a olvidarse de los horarios infantiles y creen que es perjudicial que sus hijos pierdan esos hábitos que tanto han marcado durante el curso escolar.
Mi mensaje para las familias como técnico superior en educación infantil es siempre el mismo: Disfrutad, que el verano es corto.
A nadie, por norma general, le apetece seguir poniéndose el despertador a las 6 durante las vacaciones como cuando se va a la oficina, por el simple hecho de pensar que se vaya a perder el hábito de madrugar… Uno intenta dormir hasta que su cuerpo le pida, siempre que se pueda, claro.
Así que a los niños les pasa igual. Les encanta despertarse tarde, remolonear en la cama, desayunar cosas ricas, tomar helados, bañarse en la piscina sin descanso, jugar y jugar y jugar, en definitiva, les encanta ser niños y estar de vacaciones.
Así que nada de estrés, pasadlo bien con los peques, que septiembre llega pronto.