Continuamos con los artículos de Vera Vicinanza, coordinadora de los cursos online del área de veterinaria de ISED, dando a conocer los mitos más comunes sobre los perros y desmintiéndolos. Esta semana vamos a ver dos leyendas sobre la esterilización.
Leyenda 4: “Antes de esterilizarlo, un animal debe tener experiencias sexuales”
Esta creencia quizás venga de nuestra tendencia a humanizar a los animales. En el caso de los machos pensamos que intervenir en su “virilidad” le ocasionará problemas psicológicos. En las hembras nos convencemos de que no tener cachorros le provoca depresión o tristeza. La verdad es que para los animales no se trata, como en los humanos, de un punto focal de su maduración psicológica. Es más: la esterilización temprana evita enfermedades, sobre todo en las hembras (embarazo psicológico, tumores de mama, infecciones de matriz), y problemas de comportamiento. Los animales desarrollan completamente su personalidad y evitaremos aumentar el problema de tener más perros abandonados, controlando la natalidad.
Leyenda 5: Los perros esterilizados son más gordos y se vuelven tontos”
La esterilización modifica el metabolismo hormonal de los perros. Es verdad que se pueden volver más tranquilos (nunca más tontos…), y pueden aumentar su tendencia a poner grasa. Para ello es importante que garanticemos a los animales esterilizados una dieta equilibrada y específica para su nuevo estado metabólico y aumentemos la posibilidad de gastar energía con paseos y actividad física. Con estas pocas y sencillas reglas, podremos evitar los efectos colaterales de la esterilización.