Todos vamos a hacernos mayores. Esa es una realidad que no puede escapar al paso del tiempo y contra la que no podemos luchar. Lo que sí podemos elegir es el modo en el que va a suceder. En este sentido, el concepto de envejecimiento activo, en torno al cual vamos a enfocar este artículo, es realmente importante.
¿Qué es el envejecimiento activo?
Para encontrar la definición exacta debemos recurrir a la Organización Mundial de la Salud. En concreto, el organismo sanitario más importante del mundo dice que el envejecimiento activo es un proceso de optimización de la salud, la seguridad y la participación con el objetivo de mejorar la calidad de vida de las personas durante sus últimas etapas.
Dicho de otro modo, se asienta sobre el objetivo de permitir a las personas de avanzada edad disfrutar del máximo potencial físico, mental y social para que puedan participar en la sociedad según sus deseos, necesidades y capacidades.
Los pilares del envejecimiento activo
Según la OMS, son tres:
- La salud. Es decir, que el sujeto pueda disfrutar del mayor bienestar posible durante todas las etapas de su vida teniendo la certeza de poder recibir asistencia si la necesita.
- La participación. En todos los ámbitos de la vida social que posea y que le rodee.
- La seguridad. Otro aspecto de vital importancia. La persona debe poder fomentar en sí mismo un desarrollo activo sin ningún temor.
Las peculiaridades del término ‘activo’
Lo realmente importante de este concepto es la palabra ‘activo’. Con ella, a lo que la OMS quiere hacer referencia es a la participación continua de las personas de avanzada edad en los aspectos económicos, espirituales, cívicos, culturales y sociales de la sociedad. Esto pueden hacerlo tanto de forma individual como colectivo.
Esto no quiere decir, como muchos han querido hacer ver, que el envejecimiento activo tenga que ver con la participación de los mayores en la vida profesional más allá de su edad de jubilación.
Lo que dice la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre el envejecimiento activo
Más allá de lo dicho por la OMS, en la Asamblema General de las Naciones Unidas del 16 de diciembre de 1991 se establecieron los Principios del Envejecimiento Activo. En concreto, son los siguientes:
- Independencia. Los mayores deben tener acceso a la alimentación, al agua, a la vivienda y a una adecuada atención de su salud, así como la oportunidad de trabajar, de disfrutar de programas educativos adecuados para ellos y de vivir en entornos seguros.
- Participación. Aquí se establece la garantía de una adecuada integración en la sociedad y de la posibilidad de fundar movimientos y asociaciones con las que prestar servicios a la comunidad.
- Cuidados. Siempre que los necesiten por su condición física o psicológica para garantizar su bienestar emocional, mental y corporal.
- Dignidad. Es el principio por el cual los mayores deben poder vivir de forma segura y libre de explotaciones y malos tratos sin importar su edad, sexo o raza.
- Autorrealización. El avance de la edad no debe ser impedimento para el desarrollo del potencial del sujeto mediante el acceso a los recursos educativos, recreativos y culturales que desee.
En definitiva, el envejecimiento activo es un objetivo por el que todos debemos luchar. Solo a través de él conseguiremos vivir de forma digna y saludable las últimas etapas de nuestras vidas.
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