Las técnicas de rehabilitación se aplican a pacientes que necesitan recuperar, mantener o mejorar las capacidades necesarias para desarrollar la vida cotidiana. Dichas capacidades se refieren a los ámbitos físico, mental y/o cognitivo, es decir, la facultad para aprender y pensar. La pérdida o reducción de estas capacidades derivan, habitualmente, de haber padecido alguna enfermedad, una lesión o por una secuela surgida a raíz de un tratamiento médico.
Técnicas de rehabilitación más utilizadas
1. Crioterapia
2. Electroterapia
3. Ultrasonoterapia
4. Cinesiterapia
5. Termoterapia
La técnica de la crioterapia consiste en aplicar frío a la piel. Se utiliza para tratar:
- Verrugas.
- Papiloma plantar.
- Queratosis actínica.
- Molusco contagioso.
- Acrocordón.
- Léntigo senil.
Por definición, se llama electroterapia al uso de la corriente eléctrica con fines terapéuticos. Sus efectos se pueden resumir en los siguientes puntos:
- Calmante y analgésico.
- Antiinflamatorio.
- Preventivo, ya que ayuda a aliviar y prevenir contracturas musculares.
- Eficaz en los procesos de recuperación de lesiones como, por ejemplo, esguinces y luxaciones.
- Fortalecimiento muscular y neuro-muscular.
La ultrasonoterapia es una técnica que consiste en la aplicación de vibraciones sonoras superiores a 20.000 Hz, denominadas ultrasonidos. Estos sonidos se consiguen mediante a partir de vibración mecánica, compresión y dilatación periódica de la materia, a través de la cual se propagan mediante ondas. Normalmente se utiliza para tratar:
- Edemas y hematomas.
- Patología radicular.
- Lesiones de partes blandas.
- Algodistrofia.
- Rigideces.
- Lesiones ligamentosas.
- Periartritis.
- Sinovitis post traumáticas
- Retracciones de aponeurosis palmar.
- Tendinitis.
- Periartritis.
- Capsulitis.
- Ciática y lumbociática.
- Espondilitis anquilopoyética
La cinesiterapia engloba una serie de técnicas que recurren al movimiento con una determinada finalidad terapéutica. Se procede a trabajar tanto la musculatura como las articulaciones, de forma activa o pasiva. Entre sus beneficios se incluyen:
- Mantener en buen estado el sistema muscular.
- Recuperar el movimiento de las articulaciones.
- Evitar la sarcopenia.
- Mejorar el sistema circulatorio.
- Corregir problemas que afectan al retorno venoso.
- Tratar enfermedades respiratorias, como la EPOC.
- Activar el metabolismo por medio del aumento de temperatura.
La termoterapia es la aplicación de calor con fines terapéuticos. Existen distintas formas de aplicar el calor y, generalmente, lo que se busca es conseguir un efecto sedante y/o relajante. Se utilizan diferentes formas de calor, y su procedencia puede tener forma sólida, semilíquida o gaseosa. Para que este método se considere termoterapia, es esencial que la temperatura del elemento aplicado sea superior a la que del organismo. El máximo de temperatura a aplicar depende de la sensibilidad térmica de cada paciente. La termoterapia puede aplicarse para:
- Mejorar la vascularización.
- Lesiones musculares prolongadas en el tiempo.
- Dolor muscular de aparición tardía, como agujetas.
- Tendinitis crónicas.
- Aumentar la flexibilidad de los tejidos.
¿Qué pacientes necesitan de rehabilitación?
Los motivos más usuales para la necesidad de aplicar técnicas de rehabilitación a un paciente son las siguientes:
1. Lesiones de diversas índoles, incluidas fracturas, quemaduras, lesiones de la médula espinal o lesión cerebral traumática.
2. Infecciones de gravedad
3. Accidente cerebrovascular
4. Efectos secundarios de la aplicación de tratamientos médicos para paliar diversas enfermedades, como el cáncer.
5. Cirugía mayor.
6. Alteraciones congénitas o trastornos genéticos.
7. Trastornos del desarrollo.
8. Dolor crónico.
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